domingo, 3 de enero de 2010

Solo en sueños


Sólo en sueños, sólo en el otro mundo del sueño te consigo,
a ciertas horas, cuando cierro puertas detrás de mí.

¡Con qué desprecio he visto a los que sueñan,
y ahora estoy preso en su sortilegio,
atrapado en su red!

¡Con qué morboso deleite te introduzco
en la casa abandonada,
y te amo mil veces de la misma manera distinta!

Esos sitios que tú y yo conocemos nos esperan
todas las noches como una
vieja cama y hay cosas en
lo oscuro que nos sonríen.

Me gusta decirte lo de siempre
y mis manos adoran
tu pelo y te estrecho, poco a poco,
hasta mi sangre.

Pequeña y dulce, te abrazas a mi abrazo,
y con mi mano en tu boca, te busco y te busco.

A veces lo recuerdo.
A veces sólo el cuerpo cansado me lo dice.
Al duro amanecer estás desvaneciéndote y entre
mis brazos sólo queda tu sombra.

Jaime Sabines